Cuento el milagro, pero no el santo:
Es una sección en la que compartimos aprendizajes de nuestros clientes sin divulgar información confidencial, nombres y referencias específicas. Esperamos que estos casos te ayuden a entender, aplicar y mejorar aspectos de tu propia situación.

 

(Tiempo estimado de lectura: 5 min)

Iniciamos esta nueva sección compartiendo una historia y una reflexión:

Manejar una empresa familiar entre hermanos representa retos en la toma de decisiones, no porque los hermanos no sean capaces de tomar decisiones en conjunto sino porque estamos acostumbrados a seguir un esquema jerárquico en donde una persona está a la cabeza y lidera el proceso.

Decisiones entre hermanos empresarios

Trabajando con empresas con esta configuración encontramos una que nos llamó la atención:

La compañía es exitosa, ha venido creciendo de manera sostenida desde su arranque. En momento de crisis han logrado reorganizarse rápidamente para afrontar los retos, sin embargo, comenzaron a evidenciar algunos asuntos en la manera en la que tomaban decisiones entre hermanos

Y aquí es en donde se vuelve interesante la historia porque comenzamos a entender cómo se relacionan diferentes asuntos, por ejemplo, temas personales que se reflejan en la empresa. Lo interesante es que no estamos acostumbrados a identificar ni a ser conscientes de esos cruces, solo vemos el resultado. En este caso, el resultado es que los hermanos, cada uno desde su perspectiva, comenzaron a expresar asuntos emocionales en su forma de tomar decisiones. Temas como el sentirse subvalorado por sus hermanos, no sentirse reconocidos en su labor y sentir que otros hermanos estaban pasando por encima de su posición jerárquica fomentaron desconfianza, irritabilidad, negativa para aceptar otras opiniones y terquedad en sus posiciones, llevando a que decisiones empresariales se desviaran de su curso, o que temas operativos o minucias ocuparan su día a día, en lugar de enfocarse en trabajar en conjunto por los objetivos comunes.

 

Esto es más usual de lo que se cree porque somos personas, seres integrales cuyas decisiones están regidas por todo lo que tenemos en nuestro interior:

Experiencia, conocimiento, sentimientos, sensaciones, miedos, frutraciones, éxitos, fracasos, etc., y en las empresas familaires se tiende a omitir todo eso y enfocarse solo en el negocio. Al hacerlo, se pierden de un gran panorama que puede apoyar o retrasar el cumplimiento de los objetivos.

Decisiones entre hermanos empresarios

Reflexión:

¿Cuántas veces he permitido que mi emocionalidad y asuntos personales se interpongan en mi proceso de toma de decisiones en la empresa?

¿Tenemos canales de comunicación adecuados con nuestros familiares?

¿Realmente conozco a los familiares con los que comparto la empresa familiar?

¿Me preocupo por entender y escuchar a mi familia?

¿Realizamos actividades que fortalezcan nuestros lazos familiares?

Las empresas familiares pueden tener dos caminos:

Crecen gracias a la familia o se quiebran debido a la familia

¿Cuál quiero tomar?